Por qué es importante cambiar el líquido de frenos?

Primero hay que recordar que el sistema de frenos forma parte de la seguridad activa del vehículo, lo que significa que cualquier falla en alguno de sus elementos representa un inminente riesgo de accidente. 

Dentro de los sistemas de frenos el más común, en los vehículos livianos hasta 5 toneladas, es el sistema de frenos hidráulico, cuyo funcionamiento se fundamenta en el desplazamiento a presión del líquido para frenos desde que se pisa el pedal, viaja a través de un circuito de mangueras y tubos y terminan en las ruedas, provocando que se activen piezas que ejercen un efecto de tenaza o agarre de unas pastillas para frenos contra un disco o  que por el contrario se expandan provocando la fricción de unas bandas para frenos contra una superficie llamada campana, de esta manera a través de la fricción de las pastillas y bandas contra las superficies macizas, se hace que la rueda  disminuya su movimiento y por ende el vehículo se detenga.

Comúnmente el líquido es el menos atendido en el mantenimiento de un sistema de frenos y pocas veces se revisa su estado y propiedades. Debemos entonces entender las funciones que cumple: 

  1. Transmite la fuerza que ejercemos sobre el pedal
  2. Evita la corrosión
  3. Resiste la temperatura que genera el sistema por la fricción, manteniendo un punto de ebullición alto.

De ahí la importancia de cambiar el líquido periódicamente, ya que dentro de sus propiedades, el líquido para frenos absorbe humedad del medio ambiente permanentemente, es  higroscópico, y cuando éste grado de humedad aumenta, su resistencia a las altas temperatura disminuye, generando vapor cuando el sistema sube de temperatura. El resultado es que, al hacer presión sobre el pedal, se empuja un porcentaje de vapor y la sensación de efectividad de la frenada disminuye, adicionalmente el exceso de humedad hará que los componentes metálicos se oxiden y se produzcan fugas. 

Para saber si un líquido para frenos está en buenas condiciones, se debe verificar que en su aspecto, se conserve un color amarillo transparente, sin sedimentos contaminantes y revisar periódicamente con un analizador de líquido especial, el grado de humedad. A mayor humedad, menor efectividad.